lunes, 21 de noviembre de 2011

La Abadía de Westminster y la Segunda Guerra Mundial

La Abadía de Westminster es prácticamente un símbolo nacional de Inglaterra. Y por supuesto que al entrar Inglaterra a la Segunda Guerra Mundial, la Abadía sufrió tanto peligro como todo el resto de la nación. Después de todo, era la primera guerra que Inglaterra afrontaba contra un enemigo provisto de abundante poder aeronáutico, y de hecho fue la primera vez que Inglaterra sufrió bombardeos aéreos en la mismísima isla.

El 3 de septiembre de 1940, se celebró un servicio religioso en la Abadía en conmemoración del primer aniversario de la declaración de guerra contra el Tercer Reich. En cada asiento se dejó una tarjeta informando a los asistentes que en caso de sonar las sirenas por ataque aéreo, éstos deberían retirarse (y esto es un detalle muy inglés) "con el apresuramiento más reverente posible". Las sirenas comenzaron a sonar justamente cuando llegaba el Primer Ministro, Winston Churchill, a la ceremonia, pero éste, luego de un breve y privado intercambio con el Deán, ordenó proseguir, y la ceremonia se realizó sin otros contratiempos.

De hecho, por alguna razón o acaso por pura suerte, la Abadía de Westminster se las arregló para sobrevivir lo más bien a la horrible blitz de aviones que sembraron el horror en el Londres de la guerra. Aunque la gente relacionada con la misma fue movilizada para la guerra, en el Cuerpo de Protección Antiaérea, haciendo guardia contra ataques aéreos y ayudando a paliar los efectos de las bombas incendiarias. Sin embargo, el 10 de Julio de 1941, una de las bombas sí consiguió hacer impacto. Y aún así, el ángel guardián de la Abadía trabajó horas extras. Alan Don, que fue Deán de Westminster entre 1946 y 1959 y en calidad de tal le tocó coronar a Isabel II, y que en 1941 era canónigo en el lugar, recordó: "A la mañana siguiente encontré todo anegado y un gran agujero en la techumbre. Fue el único día de la guerra en que los oficios matinales se suspendieron". En toda la guerra, una y nada más que una sola bomba le dio a la Abadía, y esta única ni siquiera explotó...

Con todo, por mucha importancia que tuviera, la Abadía tenía que competir con numerosos otros edificios en el Londres derruido. Las obras para la reparación definitiva comenzaron apenas en 1953, gracias a una campaña que consiguió reunir un millón de libras esterlinas. En ese mismo año, en la Abadía, fue coronada Isabel II, la actual reina de Inglaterra al momento de escribir estas líneas.

Fuente| Siglos Curiosos

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